El deseo de China
Si los estadounidenses decidieran dejar su retórica anti-China atrás y volver a los tiempos en los que, según el discurso oficial, eran amigos, los chinos estarían felices.
La retórica de guerra fría y competencia promovida por EE.UU., también ha sido incorporada en el discurso de muchos críticos del régimen de Washington, pero la mentalidad china es muy diferente.
Lo cierto es que el Partido Comunista de China ha hecho la promesa al pueblo asiático de llevar a cabo la revitalización de la nación. Esto incluye convertirse en una sociedad socialista moderna para el año 2049, lo que, a su vez, implica desarrollar un sistema de bienestar para 1400 millones de personas.
Para lograrlo, China necesita generar un nivel de riqueza incalculable. Por ello, lo último que los chinos quieren es ver a EE.UU. caer. Son dos economías tan entrelazadas que también sería un golpe para la economía china. Además, exacerbaría aún más la retórica anti-China y aumentarían las tensiones.
Lo que hizo Xi en San Francisco fue “resetear” la relación poniendo énfasis en los vínculos entre personas y no entre gobiernos. Como dijo Xi en su discurso: “las bases de las relaciones entre EE.UU. y China fueron sentadas por nuestros pueblos”.
Xi fue a decirle a los empresarios que China está abierta a sus negocios, siempre y cuando ellos respeten el país. Al pueblo estadounidense, que eran bienvenidos y que había que defender el vínculo entre ambos países.