Miembros de la delegación estadounidense en la muralla china, 22 de octubre de 1971.Gettyimages.ru
Las negociaciones entre embajadores en Varsovia iniciaron, pero no llegaron a ningún acuerdo luego de que EE.UU. bombardeara bases comunistas en Camboya.
El nuevo intento de acercamiento nació a través del ‘ping-pong’ durante el trigésimo primer campeonato mundial en Nagoya, Japón. Zhou promovió entre los jugadores que priorizaran la amistad antes que la competencia.
Durante el campeonato, Mao invitó al equipo de ‘ping-pong’ estadounidense a China, lo cual fue inmediatamente aceptado. En los pasaportes estadounidenses había una lista de países comunistas a los cuales no podían viajar. En el consulado de EE.UU. en Japón, simplemente tomaron un marcador negro y tacharon China. Los jugadores quedaron listos para ir.
La visita fue un éxito y sentó las bases para el acercamiento. En mayo de 1970, en la reunión de Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), se decidió retomar el acercamiento a EE.UU. a través del canal paquistaní.
La visita secreta de Kissinger
Los chinos entendieron que Nixon debía asegurar su reelección y que un logro en el proceso de ‘détente’ ayudaría mucho. Así que acordaron facilitar el proceso sin poner precondiciones para el diálogo. La siguiente etapa consistió en explicar al país la necesidad de una nueva política con relación a EE.UU. y preparar al pueblo chino para el giro político.
A través de diplomáticos paquistaníes, luego de muchas idas y vueltas, los chinos enviaron una carta de invitación a un representante estadounidense en mayo de 1971. La decisión era evidente. Nixon fue el que concibió la idea del acercamiento, pero Kissinger la ejecutó. Nadie mejor que él para negociar directamente con los chinos.
Su viaje fue presentado como una gira común por Asia que terminaría en Paquistán. Una vez ahí, simuló un problema de salud que le tomaría unos días recuperarse. En realidad, estaba camino a China.
Nixon fue el que concibió la idea del acercamiento, pero Kissinger la ejecutó. Nadie mejor que él para negociar directamente con los chinos.
Todo se dio en coordinación con los paquistaníes. El secretismo fue tal que un diplomático paquistaní llevó a Kissinger al aeropuerto. No confiaron ni en los choferes y tampoco usaron los autos oficiales del gobierno. Así que fueron en el VW escarabajo de su hijo, con el diplomático estadounidense escondido en la parte trasera.
Mientras tanto, en China, habían preparado la visita con meticulosidad. Se armó una comisión especial, liderada por Zhou, para organizar la llegada de Kissinger. Parte de los miembros fueron cuadros jóvenes del gobierno que debían preparar resúmenes de todos los textos del diplomático estadounidense, así como textos de historia y política de EE.UU.